Yo os hablaré de como se tienen que transportar las vacunas, pero esto siempre va a causar una pequeña cantidad de residuos que son transferidas al medio ambiente.

Las vacunas son sustancias sumamente sensibles a las variaciones de temperatura por lo que para garantizar su estabilidad y eficacia protectora precisan conservarse entre 2°C y 8°C hasta su administración.

Los principales factores que pueden afectar a la estabilidad de la vacuna y provocar la pérdida de capacidad inmunizante de forma permanente e irreversible son: el calor, la congelación, la luz, la humedad y el envejecimiento o tiempo transcurrido desde su fabricación.

Temperaturas altas

Las altas temperaturas pueden producir pérdida de potencia en todas las vacunas. La pérdida de potencia es variable y depende tanto del umbral de temperatura alcanzado como del tiempo que la vacuna ha permanecido expuesta a dicha temperatura, así como, del tipo de vacuna afectada. Cuanto más alta sea la temperatura y mayor el tiempo de exposición el grado de degradación será superior.

Congelación

Todas las vacunas líquidas adsorbidas en sales de aluminio, ya sean víricas, bacterianas o de tipo toxoide, no deben exponerse a temperaturas de 0ºC y mucho menos congelarse, ya que la congelación modifica la estructura gelatinosa de las sales que forman parte de su composición y que actúan como un antígeno fijado a su superficie, inactivándolas, es decir, causando la pérdida total de su potencia y volviéndolas ineficaces, además de poder ocasionar, si se administran, reacciones adversas.

Luz directa

Las vacunas de microorganismos vivos pierden potencia si se exponen a la luz directa, natural o fluorescente, y a antisépticos o detergentes durante la sesión de inmunización.

Humedad

La mayoría de las vacunas liofilizadas no contienen conservantes, por lo que pueden contaminarse a través del septo con agua procedente, por ejemplo, del hielo derretido de los acumuladores en la sesión de inmunización.

Equipo para transportar vacunas

Neveras portátiles y cajas isotérmicas

Son de gran importancia en la Cadena de Frío porque no sólo se utilizan para transportar vacunas, sino también como recurso para su almacenamiento, en caso de emergencia por avería del frigorífico principal o corte de luz programado y para vacunaciones fuera del Centro. Para mantener el frío en su interior, deben ir provistas, tanto las neveras como las cajas, de los correspondientes acumuladores de frío.


Espero que os haya parecido interesante mi artículo del transporte de las vacunas.


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